“El loco” de Casacoima


Simón Bolívar 
“El loco” de Casacoima
Apolinar Martínez


La importancia que el Orinoco, nuestro Orinoco, tuvo en el proceso emancipador no siempre se destaca con suficiencia y muchos episodios que transcurrieron en el Delta, suelen verse  a la ligera y lo más  doloroso, suele tenerse sobre ellos una desconocimiento insoportable. Tal es el caso de la travesía de El Libertador por lo que es ahora el Municipio Casacoima del Estado Delta Amacuro. Las tropas patriotas emprendían al comienzo de julio de 1817 la liberación de Guayana La Vieja y Angostura. “Ya se había logrado poner en aguas del Orinoco –reseña el General O’Leary en sus Memorias-una escuadrilla capaz de hacer frente a las del enemigo.  Brión acababa de presentarse con ocho buques , entre bergantines y goletas, y cinco flecheras bien armadas y tripuladas”. Bolívar tenía su cuartel general a tres leguas de Guayana La Vieja en un trapiche llamado Casacoima , situado sobre un brazo del Orinoco, del que dista una legua.
Mucho se ha escrito sobre la llamada “sorpresa de Casacoima”, “el delirio de Casacoima” y otros tantos calificativos para describir lo acontecido en ese lugar el 4 de julio de 1817.
Juan Vicente González, Felipe Larrázabal o Manuel Alfredo Rodríguez lo hicieron en forma épica y de una belleza sin par. Todos los biógrafos del Padre de la Patria han hecho por supuesto con mayor o menor amplitud, referencia al acontecimento. Pero nadie podría decirlo de mejor manera que uno de los participantes y por ende testigo de excepción del suceso en referencia.
El General Jacinto Lara “en carta que tengo a la vista”-O’Leary-así lo reseña:
“Fue el caso que El Libertador mandó salir del apostadero de San Miguel cuatro flecheras que bajasen el Orinoco a reunirse con la escuadra, dirigida por el Almirante Brión, que venía de Margarita. Al pasar por Guayana fueron atacadas y tuvieron que meterse en el Caño Boca Negra. “El Libertador –sigue Lara- se puso en marcha con todo su estado Mayor( Juan Bautista Arismendi, Pedro León Torres, Carlos Soublette, Jacinto Lara, Pedro Briceño Méndez  ) y otros que lo acompañaron y cuando llegamos a Casacoima , dispuso ir en persona a hacer salir nuestros buques a batirse. Los adversarios desembarcaron en la parte de arriba, nos tomaron la única salida que teníamos y donde habíamos dejado nuestras bestias. En ese estado no nos quedaba otro recurso que tirarnos al rebalso del Orinoco (¡laguna de Casacoima!) con dirección a la casa que distaba una legua del lugar”.
Según el propio Lara los primeros en llegar a  San Miguel, Caroní y Morocuer participaron que El Libertador había muerto, por lo que se formó cierto revuelo y hasta desmoralización ya que algunos quisieron irse por distintos rumbos.
Para fortuna de  la Patria y gloria eterna para Casacoima, Bolívar y sus altos oficiales pudieron atravesar la laguna y desde allí forjar ideas que le permitirían liberar a una porción esencial del Continente.
Pero luego de pasar la laguna de Casacoima quedan anécdotas para la eternidad.
El General Arismendi, uno de los que cruzó la laguna al ser consultado por  Bolívar cómo se había atrevido a lanzarse al agua sin saber nadar, respondió de una manera formidable: “Si en vez de agua hubiese sido plomo derretido habría hecho lo mismo para no caer en manos de los españoles ni vivo ni muerto”.
Dionisio asistente de Bolívar tenía desenvainado un enorme cuchillo del que no quiso desprenderse en momento alguno. Ante el requerimiento de Bolívar por qué no se había preocupado en preservar algo de mayor valor respondió: “Yo necesitaba el cuchillo mi general, para matar a V, E antes que cayera en manos realistas”.
Pero para que Casacoima quedara ligada permanentemente ligada a la liberación suramericana, tras salir de la laguna que sería tomada por los españoles, Bolívar no perdió su entusiasmo eterno y comenzó a deliberar sobre las futuras campañas que liberarían a Cundinamarca, a Quito y llevarían la bandera de la redención hasta el Potosí. Fue entonces cuando el capitán Martell  que estaba en la reunión no pudo contenerse y exclamó: Ahora si que estamos perdidos: “el Libertador está loco”.
Bendita locura podamos exclamar ahora los venezolanos y el resto del mundo

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